sábado, 7 de marzo de 2015

El Sínodo, la viña y sus frutos



Continuamos con la publicación de artículos relacionados con el Sínodo de la Familia.  El que sigue fue escrito el 9 de octubre de 2014.

«Jesús, con su Palabra, se dirige a los líderes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir a los ‘sabios’, a la clase dirigente. A ellos, de forma particular, Dios ha encomendado su ‘sueño’, es decir a su pueblo, para que lo cultiven, lo cuiden, lo custodien de los animales salvajes». «Esta es la tarea de los líderes del pueblo  cultivar la viña con libertad, creatividad y laboriosidad. Dice Jesús que aquellos campesinos se adueñaron de la viña; por la avidez y soberbia, quieren convertirla en lo que quieren», ha dicho el Papa Francisco en la Misa de apertura del Sínodo de la Familia. Esperamos que realmente los príncipes de la Iglesia busquen cultivar la viña y no adueñarse de ella.

Porque cada día más vemos como se habla de la misericordia y de la caridad para actuar sin ellas, se habla del diálogo para imponer el pensamiento único. Porque ¿qué diálogo verdadero puede haber si el afamado Cardenal Kasper dice: “Yo [he hablado] dos veces con el Santo Padre. He estado de acuerdo con él. Él estuvo de acuerdo ¿Qué puede hacer un cardenal, que no esté con el Papa? (…) Ellos saben que yo no hago de mí estas cosas. He concordado con el Papa, hablé con él dos veces. Se ha mostrado contento. Ahora hacen esta polémica?. Un cardenal debe estar cerca del Papa, a su lado. Los Cardenales son cooperadores del Papa”. (Il Mattino 18/09/14) Se refería así el Cardenal Kasper a los Cardenales que habían escrito el libro “Permanecer en la verdad de Cristo” que reafirma la enseñanza de la Iglesia con respecto al matrimonio y la sagrada Comunión.  De estos dichos se lee que el diálogo sólo es para los que estén previamente de acuerdo con lo dicho… por Kasper.
Encima, sabemos porque nos informa Sandro Magister (Chiesa.espresso.repubblica.it) que contrariamente a lo que sucedió en el pasado, en el próximo sínodo ya no se distribuirán dos veces al día los boletines en cinco idiomas con los resúmenes de todas las intervenciones de los padres sinodales, redactados por ellos mismos.
Ni tampoco habrá sesiones informativas en restringidos círculos lingüísticos para los periodistas acreditados, por parte de observadores encargados de referir el desarrollo de la discusión.
Será únicamente el director de la sala de prensa vaticana, Federico Lombardi, con dos asistentes de lengua inglesa y española, quien tendrá diariamente una sesión informativa con todo el cuerpo de los periodistas acreditados.
Ha sido eliminado el aparato técnico que se preparaba en la vigilia de cada sínodo para la publicación del boletín en varios idiomas.
El riesgo, dice Magister, es que independientemente de lo que verdaderamente suceda en el Sínodo a los medios lleguen “informaciones intencionalmente filtradas por agentes interesados”.
Por otra parte, según nos informa otro vaticanista Marco Tosatti (La Stampa), se les pidió a los participantes enviar su intervención por escrito el 08 de septiembre 2014. Se indicaba cómo debía ser preparada la intervención. Esto hace suponer que no habrá verdadero diálogo. 
Todas estas cosas llevan a Fernández de la Cigoña (La Cigüeña de la Torre) bajo el título “Un sínodo a puerta cerrada”, a comentar: “El ocultismo ha vuelto al Vaticano con este Papa que de boquilla parece sostener todo lo contrario. ¿Por qué ese temor a la luz? Muy preocupante”.
La respuesta está en la Sagrada Escritura y las lecturas de hoy (5 de octubre, del Novus Ordo Misae) son más que claras:
Termina el Evangelio de hoy: “Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable. Por esta razón les digo a ustedes que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos” (Mt 21, 43) y unas líneas antes dice: “'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'”. (Mt 21, 40)
La segunda lectura dice: “hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuánto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes”. (Fil. 4, 8-9)
Hemos rezado en el Salmo 79: “Señor, ¿por qué has derribado su cerca, de modo que puedan saquear tu viña los que pasan, pisotearla los animales salvajes, y las bestias del campo destrozarla? Señor, Dios de los Ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que Tú mismo cultivaste”.
La primera lectura dice: “El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio cometieron iniquidades” (Is. 5, 7)
En la epístola de hoy (según el Vetus Ordo), San Pablo exhorta: “que procedáis dignamente en la vocación a que habéis sido llamados” (Ef 4, 1) y más adelante “Uno es el Señor, una la fe, uno el bautismo” (Ef 4, 5).
Y el introito expresa: “Bienaventurados los limpios en sus caminos, los que andan en la ley del Señor” (Sal 118) lo que se complementa con el Evangelio, “¿cuál es el mayor de los mandamientos de la Ley? Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mt 22, 35). Los designios de Dios están primero, sus palabras y su ley; sólo en Él se funda la caridad y “se encierra toda la Ley y los Profetas”.
No hay nada casual. La Providencia Divina es quien ha elegido estas lecturas para meditación de los cristianos justamente cuando se inicia el Sínodo de la Familia.

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