Continuamos con la publicación de artículos relacionados con el Sínodo de la Familia. El que sigue fue escrito el 9 de octubre de 2014.
«Jesús,
con su Palabra, se dirige a los líderes de los sacerdotes y a los ancianos del
pueblo, es decir a los ‘sabios’, a la clase dirigente. A ellos, de forma
particular, Dios ha encomendado su ‘sueño’, es decir a su pueblo, para que lo
cultiven, lo cuiden, lo custodien de los animales salvajes». «Esta es la tarea
de los líderes del pueblo cultivar la
viña con libertad, creatividad y laboriosidad. Dice Jesús que aquellos
campesinos se adueñaron de la viña; por la avidez y soberbia, quieren
convertirla en lo que quieren», ha
dicho el Papa Francisco en la Misa de apertura del Sínodo de la Familia.
Esperamos que realmente los príncipes de la Iglesia busquen cultivar la viña y
no adueñarse de ella.
Porque cada día más vemos como se habla de la
misericordia y de la caridad para actuar sin ellas, se habla del diálogo para
imponer el pensamiento único. Porque ¿qué diálogo verdadero puede haber si el
afamado Cardenal Kasper dice: “Yo [he
hablado] dos veces con el Santo Padre. He estado de acuerdo con él. Él estuvo
de acuerdo ¿Qué puede hacer un cardenal, que no esté con el Papa? (…) Ellos
saben que yo no hago de mí estas cosas. He concordado con el Papa, hablé con él
dos veces. Se ha mostrado contento. Ahora hacen esta polémica?. Un cardenal
debe estar cerca del Papa, a su lado. Los Cardenales son cooperadores del
Papa”. (Il Mattino 18/09/14) Se refería así el Cardenal Kasper a los
Cardenales que habían escrito el libro “Permanecer
en la verdad de Cristo” que reafirma la enseñanza de la Iglesia con
respecto al matrimonio y la sagrada Comunión.
De estos dichos se lee que el diálogo sólo es para los que estén
previamente de acuerdo con lo dicho… por Kasper.
Encima, sabemos porque nos informa Sandro Magister
(Chiesa.espresso.repubblica.it) que contrariamente a lo que sucedió en el
pasado, en el próximo sínodo ya no se distribuirán dos veces al día los
boletines en cinco idiomas con los resúmenes de todas las intervenciones de los
padres sinodales, redactados por ellos mismos.
Ni tampoco habrá sesiones informativas en
restringidos círculos lingüísticos para los periodistas acreditados, por parte
de observadores encargados de referir el desarrollo de la discusión.
Será únicamente el director de la sala de prensa
vaticana, Federico Lombardi, con dos asistentes de lengua inglesa y española,
quien tendrá diariamente una sesión informativa con todo el cuerpo de los
periodistas acreditados.
Ha sido eliminado el aparato técnico que se
preparaba en la vigilia de cada sínodo para la publicación del boletín en
varios idiomas.
El riesgo, dice Magister, es que
independientemente de lo que verdaderamente suceda en el Sínodo a los medios
lleguen “informaciones intencionalmente
filtradas por agentes interesados”.
Por otra parte, según nos informa otro
vaticanista Marco Tosatti (La Stampa), se les pidió a los participantes enviar
su intervención por escrito el 08 de septiembre 2014. Se indicaba cómo debía
ser preparada la intervención. Esto hace suponer que no habrá verdadero diálogo.
Todas estas cosas llevan a Fernández de la
Cigoña (La Cigüeña de la Torre) bajo el título “Un sínodo a puerta cerrada”, a comentar: “El ocultismo ha vuelto al Vaticano con este Papa que de boquilla
parece sostener todo lo contrario. ¿Por qué ese temor a la luz? Muy
preocupante”.
La respuesta está en la Sagrada Escritura y las
lecturas de hoy (5 de octubre, del Novus Ordo Misae) son más que claras:
Termina el Evangelio de hoy: “Esto es obra del Señor y es un prodigio
admirable. Por esta razón les digo a ustedes que les será quitado el Reino de
Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos” (Mt 21, 43) y unas
líneas antes dice: “'A mi hijo lo
respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros:
'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'”.
(Mt 21, 40)
La segunda lectura dice: “hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuánto hay de
justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca
elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo
he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes”.
(Fil. 4, 8-9)
Hemos rezado en el Salmo 79: “Señor, ¿por qué has derribado su cerca, de
modo que puedan saquear tu viña los que pasan, pisotearla los animales
salvajes, y las bestias del campo destrozarla? Señor, Dios de los Ejércitos,
vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano,
el renuevo que Tú mismo cultivaste”.
La primera lectura dice: “El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio
cometieron iniquidades” (Is. 5, 7)
En la epístola de hoy (según el Vetus Ordo), San
Pablo exhorta: “que procedáis dignamente
en la vocación a que habéis sido llamados” (Ef 4, 1) y más adelante “Uno es el Señor, una la fe, uno el
bautismo” (Ef 4, 5).
Y el introito expresa: “Bienaventurados los limpios en sus caminos, los que andan en la ley
del Señor” (Sal 118) lo que se complementa con el Evangelio, “¿cuál es el mayor de los mandamientos de la
Ley? Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu mente” (Mt 22, 35). Los designios de Dios están primero, sus palabras y
su ley; sólo en Él se funda la caridad y “se
encierra toda la Ley y los Profetas”.
No hay nada casual. La Providencia Divina es
quien ha elegido estas lecturas para meditación de los cristianos justamente
cuando se inicia el Sínodo de la Familia.
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