lunes, 31 de agosto de 2015

Santa Rosa y el "cansancio de los buenos"



Alberto Caturelli en su libro La Iglesia y las catacumbas hoy, trae una página de gran veracidad acerca de la misión del laico católico en el mundo actual:


"En la situación actual del mundo su misión se vuelve dolorosísima: el mundo odia al laico católico quien sufre un asedio casi insoportable desde fuera y desde dentro de la Iglesia militante. Por eso he ido escribiendo este libro como testimonio de esa experiencia. Desde el mundo acontece lo que siempre es de esperar: las puertas que se cierran, el acoso constante en la Universidad, en el trabajo y en la vida social; las dificultades que provienen de mis propias debilidades y pecados; desde dentro, el progresismo "teológico" infiltrado en la Iglesia, el mutismo hostil, los celos, la persecución silenciosa, el abatimiento y la confusión de ovejas en soledad... el sufrimiento callado.

jueves, 27 de agosto de 2015

El Sínodo del adulterio

Compartimos un excelente estudio de don Roberto de Mattei, que ha sido publicado hoy en español en la página Adelante la Fe, y ayer salió en la agencia italiana Corrispondenza Romana. Como siempre la historia ha de servirnos para alumbrar el presente ya que, como nos recordaba el Papa León XIII “la primera ley de la historia es que no se ose decir nada falso, ni esconder nada de la verdad”[1].
Vaya pues este iluminador episodio de la historia para que nos preocupemos bastante de orar, velar y estar alertas para no caer en tentación.
Versión italiana original

[1]Primam esse historiae legem, ne quid falsi dicere audeat, deinde ne quid veri abscondere audeat” (n. 54). La frase es de Cicerón, De oratore 2,15. 

jueves, 6 de agosto de 2015

Fariseísmo y apostasía


En la homilía correspondiente al décimo domingo después de Pentecostés el Padre Leonardo Castellani escribe estas líneas que compartimos y que creemos nos pueden ayudar a entender los tiempos que nos han tocado vivir, a comprender el norte que debe guiar nuestra conducta, a corregir errores, a entender el mal que nos aqueja y a rogar, de modo incesante, para tener "una fe más grande que las montañas":