Hay tiempos en que la discusión acerca del laicismo y de los deberes cívicos de los católicos y nos lleva a examinar nuestras normas de conciencia al respecto.
Sacamos a la luz dos declaraciones del Episcopado Argentino sobre este tema, la de 1931 y la de 2015.
Reunido, en 1931, el Episcopado
Argentino, para tratar acerca del laicismo moderno y de los deberes cívicos
de los católicos, fijó para todas las elecciones las siguientes normas de
conciencia
|
Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, Buenos
Aires, marzo
de 2015
|
1°- Los que tienen derecho de votar
están obligados, por regla general, a ejercitar su derecho, siempre que no se interponga algún
obstáculo de gravedad proporcional a la importancia de la elección;
porque la abstención se convertiría en complicidad y en responsabilidad ante
Dios, siempre que ella pueda contribuir al triunfo de un candidato indigno o
a la derrota de un candidato notablemente mejor.
2°- Entre varios candidatos o listas aceptables, desde el punto de vista
católico, se ha de votar por los que, en conciencia, parezcan más aptos para
procurar el mayor bien de la Religión
y de la Patria, aunque no pertenezcan al propio partido; porque el bien
público es superior al bien del partido.
3°- Cuando todos los candidatos o
listas que se presenten sean inaceptables, desde el punto de vista católico,
se ha de votar por los menos inaceptables, de cuya actuación se puedan temer menores perjuicios para
la Religión y para la Patria. En este caso se evitará el peligro de escándalo, sobre todo en el período de
propaganda electoral, con oportunas reservas sobre el carácter circunstancial
de la adhesión prestada, sin aprobar el programa total.
4°- Ningún católico puede afiliarse
a partidos o votar a
candidatos que inscriben en sus programas los principios siguientes:
a)
La
separación de la Iglesia y del Estado,
en el sentido absoluto de la palabra;
b) la supresión de las disposiciones legales que reconocen los derechos de la Religión, y
particularmente del Juramento religioso y de las palabras en que nuestra
Constitución invoca "la protección de Dios, fuente de toda razón y
justicia"; porque tal supresión equivale a una profesión pública y
positiva de ateísmo nacional;
c)
el laicismo escolar;
d) el
divorcio legal.
|
"Después de más de treinta años de vida democrática
ininterrumpida y en vísperas del Bicentenario de la Independencia, este año 2015 está marcado por una serie de
actos electorales en todos los niveles (nacional, provincial y municipal). En
tal contexto, nos parece oportuno compartir algunas reflexiones con nuestros
hermanos argentinos". "No hemos de reducir el ejercicio democrático
sólo a la cuestión electoral cada dos años, sino asumir cada día la necesaria participación ciudadana".
"El proceso electoral es una preciosa oportunidad para un debate cívico
acerca del presente y del futuro que deseamos para la Argentina".
"En temas importantes y permanentes,
sea posible acordar entre los distintos partidos y sectores sociales políticas
de Estado que se desarrollen más allá de los cambios de gobierno, de manera
que las legítimas iniciativas que cada
nuevo candidato proponga implementar,
no signifiquen hacer tierra arrasada y abandonar todo lo hecho hasta ese
momento".
"La
elección presidencial, con toda su importancia, no debe ocultar la relevancia
de las elecciones en otros niveles, y en particular la de legisladores".
"Al ponerse de relieve las
diversidades entre propuestas, candidatos e
ideologías no debe hacernos perder de
vista lo que nos une.
El Papa nos invita a mirar nuestros
vínculos más allá de legítimas pertenencias
partidarias o de sector. Por eso
nos dice que "convertirse en pueblo es todavía
más, y requiere un proceso constante
en el
cual cada
nueva generación se ve involucrada. Es
un trabajo lento y
arduo que exige querer integrarse y
aprender a hacerlo hasta desarrollar
una cultura del encuentro en una
pluriforme armonía" (Francisco, El gozo
del Evangelio, N° 220)".
"Las elecciones de este año,
debería ser un momento propicio para
iniciar un examen de conciencia colectivo, y
para proponernos como sociedad
metas exigentes, que nos estimulen a crecer en
la cultura del diálogo y el encuentro".
"La responsabilidad es de todos. Nadie podría
excusarse razonablemente de participar,
según sus posibilidades, en el esfuerzo
de seguir afianzando una mejor convivencia en nuestra Patria".
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario