domingo, 19 de abril de 2015

Normas de Conciencia ante las elecciones



Hay tiempos en que la discusión acerca del laicismo y de los deberes cívicos de los cató­licos y nos lleva a examinar nuestras  normas de conciencia al respecto.
Sacamos a la luz dos declaraciones del Episcopado Argentino sobre este tema, la de 1931 y la de 2015. 



Reunido, en 1931, el Episcopado Argentino, para tratar acer­ca del laicismo moderno y de los deberes cívicos de los cató­licos, fijó para todas las elecciones las siguientes normas de conciencia
Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, Buenos Aires, marzo de 2015

1°- Los que tienen derecho de votar están obligados, por re­gla general, a ejercitar su derecho, siempre que no se inter­ponga algún obstáculo de gravedad proporcional a la impor­tancia de la elección; porque la abstención se convertiría en complicidad y en responsabilidad ante Dios, siempre que ella pueda contribuir al triunfo de un candidato indigno o a la derrota de un candidato notablemente mejor.
2°- Entre varios candidatos o listas aceptables, desde el punto de vista católico, se ha de votar por los que, en conciencia, parezcan más aptos para procurar el mayor bien de la Reli­gión y de la Patria, aunque no pertenezcan al propio partido; porque el bien público es superior al bien del partido.
3°- Cuando todos los candidatos o listas que se presenten sean inaceptables, desde el punto de vista católico, se ha de votar por los menos inaceptables, de cuya actuación se puedan temer menores perjuicios para la Religión y para la Patria. En este caso se evitará el peligro de escándalo, sobre todo en el período de propaganda electoral, con oportunas reservas sobre el carácter circunstancial de la adhesión prestada, sin aprobar el programa total.
4°- Ningún católico puede afiliarse a partidos o votar a candi­datos que inscriben en sus programas los principios siguientes:
a)   La separación de la Iglesia y del Estado, en el sentido absoluto de la palabra;
b)  la supresión de las disposiciones legales que reconocen los derechos de la Religión, y particularmente del Jura­mento religioso y de las palabras en que nuestra Consti­tución invoca "la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia"; porque tal supresión equivale a una profesión pública y positiva de ateísmo nacional;
c)   el laicismo escolar;
d)  el divorcio legal.
"Después de más de treinta años de vida democrática ininterrumpida y en vísperas del Bicentenario de la Independencia, este año 2015 está marcado por una serie de actos electorales en todos los niveles (nacional, provincial y municipal). En tal contexto, nos parece oportuno compartir algunas reflexiones con nuestros hermanos argentinos". "No hemos de reducir el ejercicio democrático sólo a la cuestión electoral cada dos años, sino asumir cada día la necesaria participación ciudadana". "El proceso electoral es una preciosa oportunidad para un debate cívico acerca del presente y del futuro que deseamos para la Argentina".
"En temas importantes y permanentes, sea posible acordar entre los distintos partidos y sectores sociales políticas de Estado que se desarrollen más allá de los cambios de gobierno, de manera que las legítimas iniciativas que cada nuevo candidato proponga implementar, no signifiquen hacer tierra arrasada y abandonar todo lo hecho hasta ese momento".
"La elección presidencial, con toda su importancia, no debe ocultar la relevancia de las elecciones en otros niveles, y en particular la de legisladores".
"Al ponerse de relieve las diversidades entre propuestas, candidatos e ideologías no debe hacernos perder de vista lo que nos une. El Papa nos invita a mirar nuestros vínculos más allá de legítimas pertenencias partidarias o de sector. Por eso nos dice que "convertirse en pueblo es todavía más, y requiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se ve involucrada. Es un trabajo lento y arduo que exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una pluriforme armonía" (Francisco, El gozo del Evangelio, N° 220)".
"Las elecciones de este año, debería ser un momento propicio para iniciar un examen de conciencia colectivo, y para proponernos como sociedad metas exigentes, que nos estimulen a crecer en la cultura del diálogo y el encuentro". "La responsabilidad es de todos. Nadie podría excusarse razonablemente de participar, según sus posibilidades, en el esfuerzo de seguir afianzando una mejor convivencia en nuestra Patria".













No hay comentarios:

Publicar un comentario