jueves, 20 de febrero de 2020

¿Quién fue Castañeda?


Castañeda había nacido en 1776 y murió en 1832 con 56 años. En esa corta vida publicó al menos 18 periódicos[1], a veces 8 simultáneamente. Cuando se leen los títulos de estos, se recibe la fuerte impresión de que el fraile además de verse impelido por pronunciar sus convicciones, a diestra y siniestra, se divertía haciéndolo. Fue desterrado en varias ocasiones por sus publicaciones, sobre todo por contrariar las políticas anticlericales de Rivadavia y su círculo[2]. Estuvo exiliado en Kaquel Huincul (Maipú, provincia de Buenos Aires), Tandil, Dolores, Fortín Areco, Montevideo, San José del Rincón, Entre Ríos, Victoria, Rosario del Tala, Catamarca, Pilar y Paraná. En todos esos lugares dio clases, y para hacerlo, a veces, tuvo que fundar y construir la escuela. Si el pueblo no era demasiado pequeño y tenía imprenta, allí también creaba un periódico. Si no había imprenta, procuraba conseguir una. Sus definiciones son tajantes en materia religiosa y política. Cuando lo llamaron a predicar el Te Deum de 1815 (en un contexto político difícil: vuelto el rey al trono, la situación era compleja y ningún sacerdote quería tomar esta responsabilidad) respondió de manera breve, clara y contundente: “Señor alcalde, aunque sea en la punta de una lanza, haré pública profesión de mi fe patriótica”[3].


“Los niños de primeras letras serán siempre mi primavera” decía el fraile que tenía entre sus ocupaciones privilegiadas dedicarse a la educación. Así se dio un tiempito para escribir el libro: Nuevo Arte de Gramática Latina. Se definía como guerrero en esta batalla de la educación: “Con el ejército de los niños hago la guerra quizá más activa. Los fusiles y cañones de este Padre son los libros que reparte gratis a la amable juventud; las balas de fusil el a b c”[4].

Fray Nicolás Aldazor, (que después sería Obispo de Cuyo) tuvo a su cargo la Oración fúnebre donde dijo:

“No murió como los mundanos, sino como un verdadero hijo de San Francisco, escogido de Dios y predestinado para el cielo. Él mismo instó al párroco, que lo era el doctor Francisco Alvarez, para que sin dilación alguna le administrara los santos sacramentos. Pidió que le vistieran su pobre hábito y cobrando un aliento extraordinario protestó delante de todos su adhesión firme a la Iglesia y con especialidad al dogma de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía; detestó las falsas doctrinas tan opuestas al bien de los pueblos y terminó sus alientos confesando el amor a la religión, en que había nacido y a la patria que había sido siempre el objeto de sus tareas”[5].

Juan Manuel de Rosas solicitó que los restos mortales de Castañeda se trasladaran a Buenos Aires, y a esta ciudad llegaron el 28 de julio del mismo año ‘32, siendo depositados en el Panteón del Convento franciscano. A sus exequias, asistió el gobernador brigadier general Juan Ramón Balcarce, y lo despidió el P. Aldazor, que vindicó la fama de Castañeda del desprestigio con que había querido envolverla la persecución sistemática de Rivadavia.


[1] El Monitor Macarrónico, cuyo título completo era: El Monitor Macarrónico o el citador y payaso de todos los periodistas que fueron, son y serán, o el Ramón yegua, Juan rana, Tirteafuera y Gerundio solfeador de cuando sicofanta se presenta en las tablas de la revolución americana, para que Dios nos libre de tantos pseudósofos, de tantos duendes, fantasmas, vampiros, y de otras inocentes criaturas que no tienen más manos para ofendernos que las que nosotros les damos. El Despertador Teofilantrópico Misticopolítico, dedicado a las matronas argentinas, y por medio de ellas a todas las personas de su sexo que pueblan hoy la faz de la tierra y la poblarán en la sucesión de los siglos. El Paralipómenon" (Suplemento del Teofilantrópico). El Desengañador Gauchi-político, federi-montonero, chacuaco-oriental, choti-protector, puti-republicador de todos los hombres de bien que viven y mueren descuidados en el siglo diez y nueve. Doña María Retazos. El Amigo de Dios y de los Hombres. La Matrona comentadora de los Cuatro Periodistas. La Guardia Vendida por el Centinela y la traición descubierta por el Oficial de Día. El Lobera del año 20 o el verdadero Anticristo, abortado por el último esfuerzo del vacilante poder de las coronas cerquilladas en oposición de los hombres virtuosos que trabajan por la verdadera felicidad del país y de sus semejantes. La Verdad Desnuda. Telón Corrido. El Lobera de a 36 reforzado. Eu não me meto com ninguem. Vete, protuguez, que aquí no es. Ven, portuguez, que aquí es. Obras Póstumas de Nueve Sabios que murieron por Retención de Palabras. Buenos Aires Cautiva. La Nación Argentina decapitada por el nuevo Catilina, Juan Lavalle.

[2] Baltar, Rosalía, “Francisco de Paula Castañeda o breve tratado sobre la irreverencia”, en: Espéculo, Revista de estudios literarios, Revista Digital Cuatrimestral, Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Año XII, Nº 34, noviembre 2006- febrero 2007, ISSN: 1139-3637. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero34/fpcastan.html [fecha de consulta: 18 de agosto de 2013].

[3] Capdevila, Arturo, “El periodismo de 1810 a 1827”, en: Historia de la Nación Argentina…, Op. cit., vol. VII, p. 468-469. El autor habla de Castañeda sacerdote, educador, escritor y periodista. Cfr. Ramallo, Jorge María. “Francisco de Paula Castañeda”, en: Revista América, n. 18, Santa Fe, Centro de Estudios Hispanoamericanos, 2005-2006. Edición digital en: http://www.cehsf.ceride.gov.ar/america_18/10-ramallo_castaneda.html [fecha de consulta: 18 de agosto de 2013].

[4] Ibidem. Cfr. Saldías, Adolfo, Op. cit., t I, p 117-130. La Revista de Buenos Aires, Op. cit., vol 11, p. 134-142. Capdevila, Arturo, La Santa Furia del Padre Castañeda, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1948. Bruno, Cayetano, “Fray Francisco de Paula Castañeda y la polémica periodística”, en: Historia de la Iglesia en la Argentina. Buenos Aires: Don Bosco, t. VIII (1812-1823), 1972. Levaggi, Abelardo, “La Iglesia y sus relaciones con el estado”, en: Nueva Historia de la Nación Argentina, Tomo 5, Buenos Aires, Planeta, 2000. Lucero, Nicolás, “La guerra gauchipolítica”, en: Jitrik, Noé. Historia crítica de la literatura argentina, Tomo II, La lucha de los lenguajes, Buenos Aires, Emecé, 2003. Di Stefano, Roberto, El púlpito y la plaza. Clero, sociedad y política de la monarquía católica a la república rosista. Buenos Aires, Siglo XXI, 2004. Sáenz, Alfredo. Héroes y Santos, Buenos Aires, Gladius, 2009.

[5] Ramallo, Jorge. Op. cit.

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